Los cultivos alimenticios microbianos son bacterias vivas, levaduras o hongos que se utilizan en la producción de alimentos. Los cultivos alimenticios microbianos llevan a cabo el proceso de fermentación en los alimentos. Utilizado por el ser humano desde el Neolítico (alrededor de 10 000 años antes de Cristo)[1] la fermentación ayuda a conservar los alimentos perecederos y a mejorar sus cualidades nutricionales y organolépticas (en este caso, gusto, vista,olfato, tacto). En 1995, los alimentos fermentados representaban entre un cuarto y un tercio de los alimentos consumidos en Europa Central.[2] Se identifican y describen más de 260 especies diferentes de cultivos alimenticios microbianos por su uso beneficioso en productos alimenticios fermentados a nivel mundial,[3] lo que demuestra la importancia de su uso.
Los fundamentos científicos de la función de los microbios en la fermentación comenzaron a construirse con los descubrimientos de Louis Pasteur en la segunda mitad del siglo XIX.[4][5] Un amplio estudio científico sigue caracterizando taxonómicamente, fisiológicamente, bioquímicamente y genéticamente los cultivos alimentarios microbianos utilizados tradicionalmente en la fermentación de alimentos. Esto permite comprender mejor y mejorar el procesamiento tradicional de los alimentos y abre nuevos campos de aplicación.